Eros mistico: Kamasutra, gli insegnamenti segreti della tradizione indù - Fontana Editore

Eros místico: Kamasutra, las enseñanzas secretas de la tradición hindú.

Alessandro Rusticelli

Manual de amor

El Kamasutra es un antiguo texto indio generalmente atribuido a Vatsyayana, un filósofo que vivió en el actual Bihar hace dieciocho siglos. Muchos creen que esta obra es un simple manual erótico, donde se describen con imágenes elocuentes las diversas técnicas del arte amatorio . En realidad, el Kamasutra es mucho más que eso; de hecho, solo una pequeña parte del texto está dedicada a las famosas posiciones del amor, mientras que el resto trata aspectos diferentes de la vida íntima de individuos y parejas. El Kamasutra incluye reflexiones sobre temas que aún hoy son de gran interés, como el papel del placer en el equilibrio psicofísico, las estrategias de seducción y los "trucos" para mantener vivo el deseo incluso después de años de matrimonio.

Kamasutra 2

La corriente de pensamiento que dio origen al Kamasutra es muy antigua y se remonta incluso a las Upanishad. En ella se inspiran también las doctrinas esotéricas del Tantra , la literatura épica del Bhagavata Purana y las esculturas explícitamente sexuales del templo de Khajuraho, en Madhya Pradesh. El interés del hinduismo por la sexualidad suscita en nosotros, los “modernos”, sentimientos cuanto menos contradictorios: por un lado, nos sorprende la idea de que el sexo pueda asociarse a lo sagrado; por otro, nos entusiasma la mentalidad abierta de un pueblo que no temía explorar el cuerpo y consideraba el placer una experiencia mística.

Kamasutra 3

Sin embargo, para comprender realmente el significado del Kamasutra no podemos detenernos en el aspecto erótico. En la cultura hindú, de hecho, la filosofía del amor era una de las tres principales ciencias humanas, junto con el estudio de la religión y la estrategia política. El Kamasutra, aunque se centra en uno solo de estos temas, nunca pierde de vista los demás, proponiéndose ofrecer al lector consejos útiles para encontrar un equilibrio entre los diversos aspectos de la vida.

En este tratado, la sexualidad se considera un aspecto fundamental de la existencia, y el estudio de los factores que desencadenan las pasiones proporciona al lector la “receta” para una experiencia íntima y emocional perfecta. Según el autor del Kamasutra, el ser humano tiene el deber preciso de perseguir una realización armónica de sí mismo, sin descuidar ningún aspecto de su vida. Para que esto sea posible, debe cuidar con igual atención los cuatro ámbitos fundamentales de la existencia: el dharma (los deberes morales), el artha (el bienestar físico y económico), kama (el placer y el amor) y finalmente moksha (la liberación del samsara). En cierto sentido, podríamos interpretar estos cuatro aspectos de la vida (purushartha) como los pilares de una verdadera “cultura del bienestar”, que en la tradición hindú depende del sutil equilibrio entre cuerpo, mente y alma. El mensaje fundamental del Kamasutra es simple: el deseo es la expresión más pura de nuestra vitalidad, no podemos reprimirlo ni mucho menos abandonarlo a sí mismo. La verdadera sabiduría, aquella en la que se basa una existencia sana y plena, es la capacidad de vivir plenamente el placer sin dañar el cuerpo y el espíritu.

Dato curioso: el Kamasutra era un texto recomendado no solo para los hombres, sino también para las futuras esposas y las jóvenes en edad de casarse. A través del estudio de las 64 posiciones del amor, las mujeres podían satisfacer mejor a su futuro esposo y, al mismo tiempo, descubrir los deseos e las inclinaciones de su propia personalidad.

El despertar de la serpiente

Aunque el hinduismo —al igual que el budismo— ha reconocido la naturaleza potencialmente peligrosa del deseo, nunca ha condenado este sentimiento. Al contrario, siempre ha subrayado su fuerza poética, llegando incluso a venerarla. Para toda la tradición oriental, el problema no es el placer, sino el apego a satisfacciones efímeras. La cultura india siempre ha animado al hombre a disfrutar de los placeres de la vida y de su cuerpo, aprendiendo, sin embargo, a abandonarlos sin remordimientos en el momento oportuno.

Curiosidad: el séptimo libro del Kamasutra está dedicado al sexo esotérico, es decir, al uso de ungüentos, hierbas e incluso recetas mágicas capaces de estimular la excitación y el logro del placer.

Desde sus orígenes, la figura mitológica de Kama, el dios del deseo, ha ocupado un lugar destacado en la literatura hindú. En los Vedas, por ejemplo, se le describe como una fuerza universal, capaz de suscitar en el mismo Brahma el impulso a la creación. En la época de los himnos védicos y las primeras Upanishads, el deseo se consideraba la causa primera de la diferenciación de los fenómenos del Uno, y los antiguos textos lo representaban como una potencia atemporal que actuaba sobre la mente de los hombres desde el exterior. Con la maduración del pensamiento filosófico indio, el análisis de las pasiones se volvió cada vez más psicológico: Kama fue interpretado entonces como una energía psicofísica, la más importante y profunda entre las fuerzas que mueven la psique. En el período clásico, el deseo se consideraba la causa de toda acción y, por lo tanto, representaba un elemento clave del proceso kármico, es decir, la perpetuación del ciclo de las reencarnaciones. En otras palabras, se creía que era tarea de la conciencia reconocer las pulsiones y dirigirlas de la manera más útil para la consecución de la verdadera felicidad, aquella que trasciende la satisfacción momentánea del ego individual. En realidad, la cultura india hace un guiño a conceptos muy modernos como los de apropiación y sublimación, que solo con el advenimiento del psicoanálisis lograron abrirse paso en la mentalidad occidental. Nuestra sociedad, de hecho, siempre ha considerado el deseo como un peligro y una carencia más que como una posibilidad, empleando siglos en apreciar sus aspectos positivos.

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En la India, por el contrario, el deseo y la sexualidad siempre han sido considerados como la expresión de una energía primordial que conecta el macrocosmos y el microcosmos. El tantra incluso celebra el poder creativo de la sexualidad, proponiéndose aprovechar su energía a través de prácticas altamente ritualizadas. Probablemente sonará decepcionante para los más libertinos, pero el verdadero propósito de las técnicas utilizadas en esta escuela no es el placer, sino la capacidad de estimular la excitación, considerada una fuerza vivificante que actúa como interruptor para el despertar de la Kundalini.

Curiosidad: en el Taoísmo también existen prácticas para canalizar y transformar la energía sexual. Algunos textos chinos explican que el orgasmo disipa la energía (Qi); esta, en cambio, debería retenerse en el cuerpo y reconducirse hacia otros órganos y funciones. Las analogías entre ciertas prácticas taoístas y el Kundalini Yoga son sorprendentes, aunque poco conocidas.

El poder del orgasmo ha sido un tema ampliamente debatido en Occidente, especialmente en el siglo pasado; en particular,Wilhelm Reich , un discípulo de Freud, creía que la represión de las energías sexuales podía crear rigideces físicas que se reflejaban en inhibiciones del comportamiento. Él definía estos fenómenos como "armadura caracterial" y estaba convencido de que solo involucrando el cuerpo en el proceso terapéutico sería posible liberar las energías bloqueadas. Reich, a lo largo de sus análisis, buscaba identificar las rigideces que impregnaban no solo el físico, sino todo el ser del paciente, considerándolas una señal de defensa contra sentimientos negativos asociados a la expresión de la intimidad.

Wilhelm Reich

Según él, cuando las experiencias de vida provocan una supresión del deseo, la única alternativa posible es retenerlo todo en el interior, cerrándose a la experiencia. Su método terapéutico, precursor de la moderna bioenergética, estaba diseñado para ayudar a los pacientes a superar los bloqueos musculares que les impedían experimentar la fuerza liberadora del placer, absolutamente central para la salud psíquica.

Curiosidad: en muchas culturas asiáticas son comunes las esculturas eróticas que representan a diversas deidades en el acto sexual. En el Tantra, muy a menudo los dioses involucrados son Bhairava y Kali: el primero simboliza el conocimiento, mientras que la sensual diosa Kali representa la energía del universo. Su unión carnal es una expresión de la reunificación de lo humano y lo divino, objetivo común del Tantra y del Yoga.

No solo para Reich, sino para toda la psicología occidental, es un hecho que las tensiones del alma se expresan en el cuerpo y las del vínculo en la sexualidad. La tradición oriental era consciente de esto ya hace muchos siglos; sin embargo, su objetivo principal no era la liberación sexual, sino el esfuerzo por dar vida a una alquimia de las energías implicadas en la excitación y el placer. El Tantra es sin duda el ejemplo más conocido en Occidente de estas prácticas. Esta escuela busca dirigir la fuerza creadora que reside en cada uno de nosotros (el deseo) hacia objetivos de naturaleza espiritual, en primer lugar, el acceso a nuevos estados de conciencia.

Kamasutra 5

En la iconografía hindú y budista —espléndida la tibetana— la unión amorosa de las divinidades representa precisamente el intento de conjugar sabiduría intelectual y energía física, abriéndose a una nueva dimensión de la vida. Un antiguo dicho hindú reza: “en la vía tántrica el placer se convierte en yoga, el vicio en virtud y el mundo —considerado de otro modo causa de esclavitud— se convierte en un medio para la liberación”. En conclusión, la reflexión india sobre la sexualidad nos revela que el deseo no carece de nada: es una fuerza primordial y positiva, capaz de crear lo que antes no existía. Corresponde a cada uno de nosotros saber aprovecharla de la manera más correcta para alcanzar no solo la satisfacción física, sino también la realización del Ser.


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1 comentario

In questo articolo si confonde il kamasutra (& Khajuraho immancabile) con il tantrismo e il tantrismo con Reich; il primo è stato scritto per i crudeli e ingestibili principi mogul, la seconda è una religione sviluppata per liberarsi e giungere al risveglio mistico, la terza è una ricerca di confine. Questo articolo mi pare un poco confuso.

Leonardo Anfolsi

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