El arte como herramienta para el crecimiento espiritual - Parte 3
Paola Marchi
El arte, por tanto, se presenta, en su función más elevada, como una oportunidad de autocuración. Un camino difícil, sin duda, tanto como cualquier otro camino cuyo fin último sea el bien del ser humano .
Por "bueno", me refiero a todo lo relacionado con estos términos: alegría, serenidad, paz, centrado, apertura, construcción, responsabilidad, autoafirmación espontánea a través del mérito. La lista es larga y no vale la pena enumerarla, porque corre el riesgo de tener el efecto contrario: reforzar las tendencias a la muerte que caracterizan nuestra era.
La combinación de arte y crecimiento espiritual es fundamental en mi recorrido artístico y humano.
Pasé años sin pintar, luego en mis investigaciones me topé con el pensamiento de Gurdjieff sobre el Arte Subjetivo y el Arte Objetivo.
Dejaré el significado de esta diferencia a quienes creen que el arte y el crecimiento espiritual son una combinación posible. Escribí un breve artículo hace años en mi blog, que aborda mi experiencia personal y, por lo tanto, no pretende resolver el problema.
Una pregunta que, además, sería extremadamente presuntuoso aspirar a resolver. Cuando me di cuenta de que, en mi camino, la presunción podía esconderse peligrosamente tras el Diamante que me impulsaba hacia adelante, a pesar de todo y de todos, me detuve y me dejé llevar.
Ahora lo retomo gracias al encuentro con el editor Fontana, ganador del primer premio del sorteo "Aureolina d'oro", ocurrido durante mi primera exposición individual en el Castillo Malaspina de Massa (MS), entre serio y jocoso.
La parte humorística se ha eliminado, la razón permanece envuelta en misterio, la parte seria se ha mantenido, como debe ser. Si algo es serio, puede disfrazarse de cualquier cosa, pero su naturaleza permanece y está destinada a revelarse tarde o temprano.
Paola Marchi
