El resurgimiento morfogenético del conocimiento
Fabrizio PiolaTambién comparto esta publicación en este CCBlog, para los pocos italianos con mayor inteligencia que la vasta audiencia que vio el Festival de San Remo —y que también son mis queridos amigos—, previamente publicada sobre Conocimiento Esotérico y Ciencia Oculta, para generar una sana reflexión en la guarida de Abracadabra… Furbus. El Resurgimiento Morfogenético del Conocimiento .
Quiero saber, aprender a ver las cosas así. Siempre. Todas.
No se necesitan sustancias. No hay doctrinas, rituales ni palabras de poder. Nos deslizamos hacia el Tiempo del Sueño que corre paralelo a nuestra vida aparente. Y luego salimos, entramos y salimos, y luego volvemos a entrar, como niños jugando en la orilla del río. Las Primeras Naciones de Australia siempre han sabido hacerlo. En Occidente tenemos un pálido sustituto al que llamamos Tarot.
No sólo existen la razón y el lóbulo frontal para descifrar los impulsos sensoriales y comprenderlos, creando así conocimiento.
Como en las terapias ericksonianas o rogerianas , si aparcamos el hemisferio izquierdo para que haga lo que más le gusta, es decir, analizar haciendo zoom en el detalle, y en cambio conversamos con el hemisferio derecho, elevándonos por encima de él y ampliando holísticamente nuestra mirada hasta los límites de la nada, hasta vislumbrar por fin el Todo, el Plurífero, rodeado de misterios, como nos decía con emoción y ensoñación nuestro abuelo Pitágoras, y en un momento determinado le preguntamos qué le vino a la mente mientras flotaba en el Tiempo del Sueño o en cualquier “otro” hilo chamánico dentro del vientre del Ser, tendremos otras respuestas que las que nos da la lógica racional –que sólo es función de nuestro limitadísimo cerebro en un espacio-tiempo limitadísimo.
¿Cómo podemos llamar Catedral a lo que vemos con la mirada del experto, que es sólo la mitad de una bisagra lateral en la parte inferior de una de las siete puertas?
Cuando la mente extendida entra en contacto directo con el Campo Morfogenético y las profundas vibraciones que CREAN y mantienen este Universo en Existencia, entonces el SILENCIO, la danza, el koan, la meditación, el éxtasis, el trance, el desplazamiento sensorial debido a la saturación herética o la privación alucinatoria total, el tarantulismo, los ritmos obsesivos, los mantras, la poesía formulista, la música y el canto, los sueños, el teatro, la magia, la sexualidad y mil prácticas más son formas de interrogarlo y obtener respuestas inimaginables sobre Quiénes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos y qué estamos aquí para hacer juntos. Aquí. Ahora.
Paradójicamente, a la ciencia hay que agradecerle precisamente su carácter complementario y confirmatorio de los supuestos que he mencionado más arriba.
De hecho, su racionalidad, expresada en una episteme apropiada para cada rama, demuestra y confirma —con evidencia, fotografías escaneadas electrónicamente, fórmulas, modelos teóricos y paradigmas interpretativos de la realidad— más allá de cualquier duda razonable, que la SABIDURÍA que parece haber SIEMPRE ESTADO MORFOGÉNÉTICAMENTE DENTRO DE NOSOTROS, cuando resurge en la conciencia y en las manifestaciones físicas del pensamiento, una vez que el entorno mórfico y el ADN basura silencioso dentro de cada uno de nosotros se han activado y vibran sinérgicamente, es CONOCIMIENTO VERDADERO. Si la Ciencia no pretende representar todo el conocimiento verdadero y único posible, entonces ya no veo oposición ni rivalidad. Todo avanza y funciona en la misma dirección: la humanidad avanza hacia Tiqun Olam.
Tarissa King - ANCESTROS
